102 predios intervenidos a través del color, tres murales del maestro Pedro Pablo Lalinde, 400 visitas a los habitantes del sector y seis talleres de patrimonio, son el resultado de Prado Vive su Patrimonio, proyecto con el que se buscó la revitalización de un este sector de Barrio Prado, declarado patrimonio arquitectónico de la capital antioqueña.
31 mil 365 metros cuadrados fueron intervenidos por el proyecto “Prado Vive su Patrimonio” en este tradicional barrio de Medellín. Entre los predios intervenidos se encuentran 57 declarados Bienes de Interés Cultural a los cuales se les realizaron estudios técnicos especializados, con el fin de hacer una correcta conservación patrimonial de sus fachadas.
El proyecto que comprendió la carrera 50 (Palacé) entre las calles 58 y 67 contó con una inversión de 2.100 millones de pesos, gracias a un convenio de asociación entre la Agencia para la Gestión del Paisaje, el Patrimonio y las Alianzas Público Privadas (APP) de la Alcaldía de Medellín y la Fundación Pintuco.
“Nos unimos con la Alcaldía y la comunidad para generar un concepto de transformación que pasa por lo social y por la revitalización de estas fachadas, para ayudar a recuperar el contexto histórico de este corredor urbano” aseguró Miguel Ayala, director de la Fundación Pintuco.
Además de la pintura de fachadas, se realizaron tres murales con el artista Pedro Pablo Lalinde, inspirados en la riqueza arquitectónica e histórica de las construcciones de la primera mitad del siglo XX; también fueron instalados 39 avisos en bronce para instituciones y locales comerciales, y se embellecieron 40 antejardines con el fin de lograr un mejoramiento en el paisajismo urbano.
“El patrimonio de la ciudad ha venido sufriendo un desmedro a lo largo de su historia y es una misión tanto de la ciudadanía como de la Administración Municipal recuperar ese valor histórico”, afirma Rodrigo Foronda, director de la Agencia APP.
Sumado a la intervención técnica, se realizó un fuerte trabajo con la comunidad del barrio en el que se ejecutaron aproximadamente 400 visitas domiciliarias, 6 talleres de patrimonio e historia, 3 recorridos y 3 eventos.
“Muchos de los vecinos vivimos aquí hace muchos años, otros han vivido toda la vida y no nos conocíamos. Esto nos ha servido para conocernos, reunirnos y conversar” cuenta Beatriz Cifuentes de Isaza, habitante de Prado.
Apropiación y sentido de pertenencia por el barrio, reconocimiento del espacio por parte de los ciudadanos y participación de la comunidad en los procesos: fueron otros de los logros más representativos de este proyecto que le permitió al barrio Prado revitalizarse.