Perspectivas de la construcción sostenible en Colombia

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Con la divulgación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible se ha hecho visible la estrecha relación que los diagnósticos, propuestas y grupos de actores vinculados a este propósito vienen alcanzando a nivel global.

Estos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), adoptados desde 2015 en lo que se conoce como Agenda 2030 para Desarrollo Sostenible, e igualmente considerados como Objetivos Mundiales, hacen una convocatoria global para acoger acciones concretas que enfrentan la pobreza, protejan la tierra y extienden a todos los beneficios de paz y prosperidad. Para orientarse hacia los desafíos ambientales, políticos y económicos actuales, los ODS surgieron en la Conferencia de Rio de Janeiro de 2012 sustituyendo a los ODM u Objetivos de Desarrollo del Milenio, vigentes por 15 años, que enfatizaban acciones respecto de la pobreza extrema, el hambre, las enfermedades mortales y la educación primaria dentro de varias acciones para el desarrollo. Con los ODS, se trata de 17 objetivos interrelacionados donde su éxito individual repercute en los de otros. Se ha dado coincidencia de los ODS con lo pactado en el Acuerdo de Paris en la Conferencia sobre Cambio Climático y en el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres de 2015 orientándose a ofrecer normas y metas comunes que permitan reducir emisiones de carbono, gestionar impactos del cambio climático y desastres naturales

En este artículo se señalan algunos aspectos salientes de seis objetivos particulares asociados al urbanismo y construcción sostenible en general y en Colombia para destacar la continuidad de visiones y esfuerzos y el avance en definición conceptual y de acciones propuestas.

Dentro de los ODS, respecto del agua limpia y saneamiento, el Objetivo 6 reconoce el problema de estrés hídrico con decreciente disponibilidad de agua, con la necesidad de mitigar esa escasez, protegiendo ecosistemas relacionados, estimulando la eficiencia hídrica y tecnologías de tratamiento. Entre diversas acciones, se destacan metas como las planteadas para alcanzar antes de 2030 mejoras en la calidad del agua reduciendo contaminación, aumentando las aguas residuales tratadas y aumentando sustancialmente el reciclado y reutilización.

Esto conlleva a incrementar el uso eficiente de estos recursos, aplicar gestión integrada de los mismos y proteger y restablecer los ecosistemas relacionados. Con relación al Objetivo 7 sobre energía asequible y no contaminante, se aborda el problema del crecimiento de la demanda de energía accesible y no contaminante. Se aborda el problema del crecimiento de la demanda de energía accesible, así como el impacto de las emisiones de gases por su producción y consumo. Por ello se auspicia un incremento considerable en la proporción disponible de energía renovable, un alza radical en la eficiencia energética y el desarrollo de sistemas energéticos modernos.

Respecto de la industria, la innovación y la infraestructura, según el Objetivo 9, se reconoce el impacto de la concentración de población en ciudades donde se hacen crecientemente relevantes el transporte masivo y las energías renovables, demandando inversiones en infraestructura y apoyo a innovación.

Se resalta la promoción de la eficiencia energética incorporando avances tecnológicos con infraestructuras fiables, sostenibles, resilientes y de calidad, procesos y tecnologías industriales limpios y ambientalmente racionales, dentro de sistemas resilientes, estimulando la innovación.

Muy importante es el Objetivo 11 sobre ciudades y comunidades sostenibles donde se destaca que es necesaria una radical transformación de los procesos de diseño, realización y manejo de espacios urbanos, mejorando la seguridad y sostenibilidad de las ciudades, con acceso a vivienda segura y asequible y mejoramiento de los asentamientos marginales. Esto conlleva a inversiones en transporte público, áreas públicas verdes, mejoras en los sistemas de planificación y gestión humana.

Esta visión se apoya igualmente en la protección y cuidado de los patrimonios natural y cultural así como la reducción de impactos por desastres naturales, atendiendo especialmente las condiciones de vulnerabilidad. Debe reducirse el impacto ambiental negativo de las ciudades, conseguirse acceso universal a zonas verdes y espacios públicos seguros e inclusivos, reforzando los vínculos económicos, sociales y ambientales positivos entre zonas urbanas, periurbanas y rurales, así como manejar la gestión integral del riesgo de desastres. A escala de edificaciones, esto se traduce en la meta de edificios sostenibles y resilientes que utilicen materiales locales.

Para la acción por el clima, el Objetivo 13 enfrenta la realidad del cambio climático, ante un escenario de aumento de emisiones de gases de efecto invernadero. En consecuencia, se plantea fortalecer la resiliencia y capacidad de adaptación a riesgos asociados al clima y desastres naturales, consiguiendo que se incorporen medidas relativas a este problema en las políticas, estrategias y planes nacionales, actuando sobre la formación y sensibilización respecto de mitigación y adaptación frente al mismo. Se destaca el propósito de establecer mecanismos para elevar la capacidad de planeación y gestión asociados al cambio climático.

En cuanto a la vida en la tierra, el Objetivo 15 se ocupa de la degradación de hábitats y suelo, y se orienta a conservar y recuperar ecosistemas terrestres, evitar perdida de hábitats naturales y biodiversidad, elemento esencial del patrimonio de la humanidad. Para esto, se fijan metas sobre conservación, restablecimiento y uso sostenible de ecosistemas terrestres y ecosistemas interiores de agua dulce y los servicios ambientales que proporcionan, rehabilitación de suelos degradados, conservación de ecosistemas, y garantizar acceso adecuado a estos recursos.

Aunque los ODS no vinculan jurídicamente, se espera que los gobiernos los adopten y adapten en marcos nacionales para su aplicación, haciendo seguimiento del avance mediante datos apropiados y oportunos, permitiendo seguimiento local y mundial.

El desarrollo sostenible demanda acciones organizadas y coordinadas para alcanzar un estado futuro de inclusión, sostenibilidad y resiliencia en favor de individuos y la tierra.

Como reflexión general, sobre lo que aportan los ODS respecto del camino que se ha dado en el país sobre urbanismo y construcción sostenible, es evidente que los ODS reafirmen varios conceptos y estrategias asociadas a grandes asuntos del movimiento liderado por el CCCS como aire, agua, energía, materiales y residuos.

Sin embargo, consideramos que su formulación aporta una valiosa interconexión de componentes, escalas y acciones, que supera el ámbito edificatorio para examinar la integralidad de la situación de los asentamientos y vida urbana, con sus impactos, desafíos y necesarias priorizaciones. Muchos de estos elementos deberían formar parte de futuros documentos Conpes y, de hecho se reclaman nuevas formas de planificación y gestión que fortalezcan la inclusión y resiliencia de las áreas urbanas.

Es relevante que se haya establecido el Centro de Objetivos de Desarrollo Sostenible (CODS) en 2018 en Bogotá, con sede en la Universidad de los Andes, como sede latinoamericana de la organización internacional promovida por Jeffrey Sachs, director del instituto de la Tierra, para articular regionalmente acciones de esta amplia y decisiva agenda. Y que se estén dando estudios y modelaciones sobre áreas urbanas en Bogotá y su región como espacios que requieren anticipación en su planeación, a partir de una conciencia integral de sostenibilidad.

 

Hernando Vargas Caicedo

Profesor Titular

Departamento de Arquitectura

Departamento de Ingeniería Civil

Universidad de los Andes