El diseño universal invita a repensar los espacios para que se adapten a las personas y no al revés. Consiste en crear entornos que sean utilizables por la mayor cantidad posible de individuos, sin necesidad de adaptarlos a usos muy específicos. Esto genera valor a las propiedades y evita sobrecostos en distintas fases constructivas, ya sea durante el diseño o en una remodelación.
Esta tendencia nos propone crear espacios accesibles para todos, que sean funcionales y tengan un estilo único. Son aspectos que tienen un enorme impacto, principalmente en entornos institucionales con intensa circulación y donde se da una convivencia de públicos que pueden ser muy distintos.
Diseño universal: ¿cómo aplicar sus principios al interiorismo?
La arquitectura moderna privilegia este tipo de diseño para crear espacios óptimos, adaptados a las necesidades de todas las personas. Entonces, ¿cuáles son los principios del diseño universal y cómo se plasman en el interiorismo? A continuación, te contamos todo al respecto:
Igualdad de uso
El objetivo es que el diseño resulte fácil de usar para cualquier persona, más allá de sus capacidades o destrezas. Para eso, ofrece los medios de desplazamiento, tránsito o permanencia más similares para todos. Bajo esta premisa, se diseña desde la inclusión a todo tipo de usuarios.
Un ejemplo de esto son las distintas alternativas de movilidad como escaleras, rampas y ascensores. De esta manera, un individuo puede desplazarse entre distintos pisos sin importar su condición física.
Flexibilidad
Según este principio del diseño universal, los espacios deben brindar varias opciones de uso y adaptarse al ritmo propio de cada usuario. Esto implica escoger tipos de estructuras e instalaciones adaptadas a las características de la mayor cantidad posible de personas.
Por ejemplo, al instalar picaportes cómodos para usuarios diestros y zurdos, o contar ventanas y escalones a una altura alcanzable tanto para personas altas como de baja estatura.
Simplicidad
Este es uno de los rasgos distintivos de la arquitectura contemporánea, pero que el diseño universal comparte. En líneas generales, se debe optar por un diseño fácil de entender y con un uso lo más intuitivo posible. Aquí es esencial eliminar cualquier complejidad innecesaria para las personas. Además, las instrucciones, en caso de necesitarse, deben ser sencillas.
Algunos ejemplos de su aplicación al uso institucional son los avisos, letreros y rótulos de marcación con íconos en lugar de leyendas, así como las puertas con apertura automática. Asimismo, las instalaciones con sistemas sanitarios fáciles de usar.
Seguridad
Los edificios modernos no pueden considerarse seguros únicamente por incluir circuitos de vigilancia, matafuegos o estructuras antisísmicas. El diseño universal nos invita a repensar este concepto considerando, también, la reducción de errores y riesgos. Se trata de reducir al mínimo cualquier posibilidad de sufrir consecuencias adversas.
Así, en la planificación de espacios internos, es fundamental eliminar todo aquello que pueda provocar daños, así como proteger y aislar las instalaciones. Por ejemplo, usando materiales ignífugos y no inflamables, o muebles con terminaciones redondeadas. También deben mejorarse las condiciones sanitarias para resguardar la salud, con sistemas de circulación de aire, climatización, desinfecciones regulares, pinturas antibacteriales y de fácil limpieza.
Información comprensible
De acuerdo con este principio, el diseño debe comunicar la información esencial, sin redundancias, necesaria para el uso de diversos servicios. Esta información debe estar siempre disponible, más allá de las condiciones ambientales y las capacidades motoras o sensoriales del usuario.
¿Un detalle importante a tener en cuenta? Los colores de paredes y mobiliario deben crear los contrastes adecuados para mejorar su visibilidad y uso. Por su parte, cualquier método de señalización debe ser compatible con los diversos dispositivos y técnicas que puedan usarse para interpretarlo.
Espacios de tamaño adecuado
Más allá de preocuparse por la decoración de los espacios, por ejemplo, en estilo nórdico o industrial, es importante tener en cuenta su tamaño. Según el diseño universal, los ambientes deben ser de las medidas adecuadas para el acceso, tránsito y uso de todas las personas.
Esto significa que los ambientes internos deben adaptarse a la mayoría de las posturas, altura y amplitud de movimiento de los distintos individuos. Para ello, son importantes los espacios de concepto abierto, fácilmente transitables. A su vez, los diversos elementos distribuidos en el espacio deben ser claramente visibles y alcanzables. Incluso pueden añadirse dispositivos de asistencia y puntos de apoyo.
Un gran ejemplo de la aplicación de este tipo de diseño en Colombia, es la Fundación Universitaria Andina. Con más de 15 sedes distribuidas a nivel nacional, ha instalado ascensores, rampas y torniquetas de acceso para facilitar el desplazamiento de las personas (INCI, 2018). Por su parte, dentro del Hospital San Vicente Fundación, en Antioquia, funciona una farmacia con señalética táctil y sonora, como así también, instalaciones adaptadas para favorecer la movilidad (El Colombiano, 2021).
El diseño universal incrementa el aprovechamiento de los espacios, promueve la inclusión y la equidad, reduce costos, aumenta la funcionalidad de cualquier ambiente e incrementa el valor de las propiedades. Ten en cuenta sus principios para aplicarlos en el diseño de interiores y así disfrutar de todos sus beneficios.